Los cajeros automáticos aún no reconocen los billetes de $1.000, que ya llevan tres meses en circulación

Desde el 1° de diciembre circula la nueva máxima denominación monetaria, pero todavía no puede ser depositada en las máquinas de los bancos porque no están preparados técnicamente para recibirla. La explicación oficial del sector

 

 

 

 

Desde el primer día hábil de diciembre que están en la calle y que son entregados por los cajeros automáticos, pero a lo largo de estos casi tres meses que pasaron desde entonces aún no se pueden depositar en las máquinas de los bancos los billetes de $1.000, la nueva máxima denominación monetaria que tiene Argentina.

 

Según los propios actores del sector, todavía los equipos no están preparados a nivel técnico para “reconocer” esta cifra.

 

Por lo que se genera una gran paradoja: los mismos papeles que entregan los ATM de las entidades financieras, no pueden ser reingresados al sistema por los clientes a través de cajeros y máquinas autoservicio que poseen “lectora” de denominaciones.

 

Algo que, por lógica, genera trastornos al requerirse para los depósitos un mayor volumen de las otras “especies” de menor valor.

 

“Aún no está habilitada la funcionalidad de depósito de los billetes de $1.000 en equipos NCR ubicados en los bancos, estamos trabajando en hacer las adecuaciones en el software para garantizar su correcto reconocimiento”, sincera Gabriel Santacreu, Director Comercial para Argentina y Chile de dicha empresa, una de las de mayor presencia en el mercado financiero.

 

Según este experto, este inconveniente se solucionará “próximamente” y aclara que la “funcionalidad de dispensado” de los papeles de $1.000 está disponible desde la aparición de esta cifra con la imagen del hornero, en diciembre pasado.

 

Actualmente, la cantidad en circulación en el público y los bancos de este máximo valor es de 26,1 millones de unidades, según los últimos datos del Banco Central, correspondientes al 15 de febrero.

 

Esto significa que en la primera quincena del corriente mes creció 22,5% la impresión.

 

El costo de emisión de cada uno de estos billetes es de cerca de 1,90 pesos.

 

De acuerdo a información del BCRA, la introducción del billete de $1.000 permite “reducir el costo de transporte, acarreo y guarda de dinero, que es uno de los más importantes del sistema bancario argentino”.

 

Respecto a la aceptación de los de $500, los jugadores del mercado afirman que ya es normal su circulación y aceptación en el depósito en las máquinas, pese a algunas críticas de los usuarios.

 

“No hemos tenido ningún inconveniente con esta cifra. Hasta el momento todo está funcionando perfecto en los múltiples equipos NCR, instalados en bancos de Argentina”, dice Santacreu.

 

Sin embargo, en determinadas sucursales que utilizan otras marcas de equipamiento, algunos clientes manifestaron tener problemas de reconocimiento al intentar depositar las mayores denominaciones monetarias.

 

“Cada banco debe actualizar sus cajeros y máquinas de autoservicio para que reciban todos los billetes en circulación”, aclaran fuentes del Banco Central.

 

Esta denominación con la imagen del yaguareté hoy tiene entre el público y los bancos una cantidad superior a los 477 millones de ejemplares, y en la primera quincena del mes se ha incrementado el volumen apenas por encima del 2%.

 

Igualmente, si se toman en cuenta los mayores valores que existen en la calle, los de $500 son los de segunda mayor presencia después de los de $100.

 

Cabe aclarar que el costo unitario de cada billete de $200 y de $500 es de aproximadamente $1,65, y el de $100 vale $1,47 por unidad.

 

En resumen, al BCRA le conviene emitir los papeles de más alta cifra para disminuir la incidencia de la impresión.

 

En ese sentido, los que poseen la imagen de la ballena franca austral ($200) crecieron 6,3% en cantidad en la primera quincena de febrero, y ya circulan en total 240 millones de unidades de este valor.

 

 

Denominaciones que ayudan

La introducción de los billetes de más alta denominación ($200, $500 y $1.000) durante el último año y medio, redujo el volumen de unidades necesarias a ser entregadas por los cajeros en las extracciones. Al igual que la cantidad requerida por los usuarios para pagar sus compras.

 

A la par de esto, por la inflación de los últimos años y mayor cantidad de personas bancarizadas, subió el año pasado la solicitud de dinero.

 

Esto se confirma en los números, ya que según datos de Prisma Medios de Pago, compañía que posee la empresa Banelco, en 2017 la cantidad de extracciones aumentó un 8,5% respecto al 2016.

 

De hecho, el total de dinero extraído en 2017 fue 23% superior a lo retirado en 2016.

 

En resumen, este incremento en la demanda generó que siga el problema de falta de dinero para ser entregado en las máquinas, pese a las mejoras y los esfuerzos por solucionarlo.

 

En especial, el mayor cuello de botella se produjo en localidades donde existe una baja cantidad de entidades bancarias y, por ende, pocos cajeros disponibles. Algo que genera que rápidamente se vacíen, más allá de las buenas intenciones o papeles de mayor denominación.

 

Igualmente, en el mercado existe la coincidencia que las mayores denominaciones de pesos sumadas durante la gestión macrista ayudarán a solucionar un problema de larga historia, al sostener al billete de $100 como máximo referente desde 1999 al 2016, mientras que en el mismo período la inflación escaló a pasos agigantados. Es decir, en los últimos años uno de estos papeles ya no alcanzaba para realizar operaciones cotidianas como estacionar el auto, ir al cine, o comprar un combo de hamburguesa y bebida.

 

A esto se relaciona que la capacidad de un cajero automático estándar puede contener 8.000 billetes. Por lo tanto, si se lo llena con unidades de $100, tiene disponible para entregar $800.000, pero si se lo completa con los nuevos de $500 la capacidad se multiplica por cinco, y puede entregar hasta $4 millones.

 

En tanto, con los de $1.000, se amplía a un total disponible a entregar de $8 millones por equipo.

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